Servidores en un centro de datos

La demanda de los centros de datos en tiempos del coronavirus

#KingstonCognate presenta a la Prof. Sally Eaves

Foto de la Prof. Sally Eaves

La profesora Sally Eaves es Presidenta de Cyber Trust y Asesora de política sénior de la Global Foundation of Cyber Studies and Research. Descrita como la “portaestandarte de la tecnología ética”, ha sido la primera persona en recibir el premio Frontera Tecnológica e Impacto Social, que se le entregó en Naciones Unidas. Con experiencia como Directora de Tecnología, y hoy profesora de Tecnologías Avanzadas y asesora estratégica global de Emergent Technologies, Sally es una autora internacional galardonada, destacada conferenciante y líder de pensamiento en transformación digital (IA, 5G, nube, cadenas de bloques, ciberseguridad, gobernanza, IdC, ciencias de datos), además de cultura, aptitudes, DEI, sostenibilidad e impacto social.

Sally educa y patrocina activamente en apoyo de la próxima generación de talentos tecnológicos, y ha fundado Aspirational Futures para promover la inclusión, la diversidad y la igualdad en educación y en tecnología. Su libro más reciente, “Tech For Good”, está previsto para ser publicado pronto. Sally es muy reconocida por su influencia global en el espacio tecnológico por los organismos más destacados del sector, como Onalytica, y está clasificada entre las 10 principales especialistas mundiales en diversas disciplinas, desde IA y 5G hasta Sostenibilidad y otros.

Los datos, en estos tiempos de “quédate en casa”, son un servicio esencial.

Instalación de un disco SSD en un servidor

En estos inusitados tiempos de incertidumbre global, los métodos de trabajar, de aprender y de vivir han cambiado enorme y rápidamente. Estar preparados para lo imprevisto es el ADN del sector de centros de datos, cuyas ‘operaciones invisibles’ han sido ahora categorizadas con la definición de ‘servicios esenciales’ en la mayoría de los países del mundo. Al afectar a las operaciones de cualquier volumen en todos los sectores, el coronavirus ha impactado la continuidad de las actividades de economías enteras. Hacer frente a los cambios y a los retos, así como optimizar los servicios existentes mientras se adaptan a las nuevas demandas, se han convertido en imperativos estratégicos y operativos de los centros de datos. Existen dos factores fundamentales que catalizan el masivo incremento de la demanda. El primero es la necesidad de capacidad informática, impulsada por la transición a gran escala hacia el trabajo desde casa de numerosas empresas e instituciones. Nunca antes las infraestructuras digitales habían sido tan importantes para la economía mundial. El consiguiente incremento de uso de aplicaciones digitales en videollamadas, telesalud, comercio y aprendizaje electrónico, además de las vinculadas con el ocio (porque pasamos más tiempo en casa) está causando un crecimiento de necesidades de capacidades de datos.

Persona de pie cerca de bastidores de servidores con un portátil

La nueva demanda de rendimiento de los centros de datos está rompiendo todos los récords

La reciente publicación de Kingston{{Footnote.N58295}} acerca del crecimiento de los centros de datos destacó nuestra ‘insaciable’ necesidad de datos, impulsada todavía más por el advenimiento de 5G, IdC y Edge Computing. Si ponemos esto en el contexto del coronavirus, el 11 de marzo de 2020, el proveedor de servicios de centros de datos Deutsche Commercial Internet Exchange estableció un nuevo récord mundial{{Footnote.N58296}} en Fráncfort: un rendimiento de más de 9,1 terabits por segundo. Vodafone ha informado de un incremento del 50% en el tráfico de datos{{Footnote.N58297}} en algunos mercados, con significativos picos de uso de todos los proveedores de servicios de Internet. De hecho, BT ha retirado algunos límites de datos de banda ancha para particulares{{Footnote.N58298}} con el objeto de satisfacer las necesidades de trabajo, estudio y vida. Pero a pesar de que la vigilancia de nuestra ‘salud de Internet’ refleja una tendencia al alza de cortes{{Footnote.N58299}}, no ha alcanzado niveles que se correspondan con los incrementos de tráficos sin precedentes que se han experimentado. Además, a pesar del actual aumento interanual (y futuras proyecciones) del tráfico y las cargas de trabajo de los centros de datos, es importante destacar que está previsto que la demanda de energía global de estos centros va a disminuir, según lo sostiene la Agencia Internacional de la Energía, AIE{{Footnote.N58300}}. Esto se debe tanto a las prácticas de consolidación y eficiencia (en especial de los sistemas de refrigeración) como al hecho de que los nuevos centros de datos de hiperescala pueden funcionar con un 100% de energías renovables.

La computación de alto rendimiento impulsa la investigación para contribuir a luchar contra el virus

Bahía de unidades de servidores en un bastidor con LED verdes

El segundo controlador de núcleo es una necesidad para la potencia informática y su velocidad, y aquí es donde entra en juego la HPC (Computación de alto rendimiento). La investigación de vacunas y tratamientos genera enormes conjuntos de datos. Por primera vez, las instituciones de investigación y las farmacéuticas están utilizando sistemas HPC a escala para realizar simulaciones y cálculos de datos en áreas como la epidemiología y la bioinformática. Esto puede contribuir a reducir drásticamente los plazos de desarrollo de nuevos medicamentos.

El Coronavirus High-Performance Computing Consortium{{Footnote.N58301}} ha agrupado a líderes de los sectores tecnológico, académico y de administraciones públicas, facilitando 330 petaflops de velocidad informática, 775.000 núcleos de unidades centrales de procesamiento y 34.000 unidades de procesamiento de gráficos. En su empeño por entender mejor el virus y los posibles tratamientos que pueden utilizarse para potenciales vacunas, hoy es posible ejecutar 330 billones de operaciones de coma flotante por segundo. Además, es un excelente ejemplo de priorizar la colaboración por encima de la competencia, de parte de líderes como IBM, Amazon, Microsoft, HPE y Google.

Aunque normalmente están ocultos de la vista pública, los centros de datos son a la vez las ‘centrales eléctricas’ de la informática en la nube y los conectores de Internet, dedicados a satisfacer la necesidad tripartita de más velocidad, más flexibilidad y disponibilidad óptima. Los operadores han actuado rápidamente para incorporar la resiliencia necesaria para evitar los riesgos de paradas y las interrupciones de servicios a sus diversos grupos de usuarios. Dado que Gartner estima que el coste medio de paradas de TI se sitúa en los 5.600 dólares por minuto, no es de sorprender que esto sea una prioridad para los administradores de TI. Del mismo modo que los consumidores minoristas se han lanzado a acumular alimentos y artículos domésticos —lo cual se reflejó en la carrera por acaparar papel higiénico{{Footnote.N58302}} observada en todo el mundo—, los clientes de los centros de datos han buscado garantizarse la capacidad y la anchura de banda adicionales para satisfacer las rápidamente crecientes necesidades, así como para proteger la continuidad de las actividades.

Gestión “virtual” de la virtualidad

Paisaje urbano con una línea brillante dibujando un microchip

La transparencia ha sido fundamental tanto para garantizar como para promover la confianza. Los operadores de centros de datos han compartido públicamente los criterios aplicados a la administración y, en su caso, priorización de la capacidad de los nuevos servicios en la nube con el objeto de salvaguardar las operaciones críticas{{Footnote.N58303}}. También se ha observado un significativo apoyo a los actuales clientes. Muchos proveedores han implementado medidas a corto plazo, como la suspensión de costes por sobreuso de banda ancha. Para muchos clientes de pymes, sector en el cual las demandas de tráfico de red y de rendimiento se ha incrementado hasta niveles ni previstos ni planificados, la capacidad de aumentar sin penalización las cargas del sistema y de las redes más allá de los CDR existentes y hasta el rendimiento máximo de sus puertos, ello puede suponer la diferencia en garantizar su viabilidad comercial en tan tumultuosos tiempos.

No obstante, garantizar la continuidad de los negocios de clientes y socios también requiere garantizar la continuidad de los propios centros de datos, en especial la protección del personal, colaboradores y proveedores. Una de las áreas fundamentales que lo ha permitido fue la disposición a compartir conocimientos del sector, en especial en lo referente a procedimientos sanitarios, de seguridad y bienestar, y problemas de RR.HH. y de la cadena de suministro. También ha implicado un canal bidireccional con las autoridades. Por ejemplo, en el Reino Unido, el Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes estableció el Equipo de Resiliencia de Infraestructuras de datos para garantizar que se tome en consideración las necesidades de los centros de datos a la hora de adoptar decisiones políticas fundamentales.

De manera muy significativa, ello ha supuesto limitar las rutas de la infección y abordar la realidad de los confinamientos. Esto ha requerido el acceso restringido a las instalaciones y la introducción de turnos de trabajo, además de la implementación de prácticas de distanciamiento social. También ha supuesto inherentes problemas de disponibilidad, como la reducción del personal en los centros y la ausencia de algunos responsables por enfermedad o autoaislamiento.

Los recorridos críticos son de particular importancia para la reducción de riesgos, por lo cual las capacidades de gestión son vitales. La combinación de tecnología de sensores, servicios de asistencia para la resolución de problemas, como ‘Smart Hands’{{Footnote.N58304}}, y la vigilancia de los sistemas en las principales áreas de rendimiento (sobre todo, distribución eléctrica y temperatura) ha permitido elevados niveles de visibilidad remota en tiempo real. Y esto conlleva la capacidad de niveles avanzados de análisis de datos y de capacidad predictiva de potenciales incidencias. De hecho, además de satisfacer las demandas de capacidad, velocidad, fiabilidad y alimentación, el coronavirus también situó en primer plano en qué medida era posible gestionar eficazmente a la distancia los centros de datos. Aunque, por encima de todo, más allá del trabajo, los estudios, las comunicaciones y el ocio —y también para entender mejor el virus y apoyar las intervenciones de tratamiento—, los centros de datos se han situado visiblemente en el centro del escenario.

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