Cuellos de botella en los juegos de PC: cómo afectan la CPU, GPU, RAM y el almacenamiento al juego

Vista trasera de un streamer después de ganar una partida de deporte electrónico en un juego de disparos

En el mundo de los juegos de PC, conseguir un rendimiento fluido es fundamental. Sin embargo, los cuellos de botella; es decir, cuando un componente de tu sistema limita el rendimiento de los demás, pueden entorpecer tu experiencia. Los cuellos de botella más comunes en los PC para juegos se producen en la unidad central de procesamiento (CPU) y la unidad de procesamiento gráfico (GPU). Existen muchas calculadoras de cuellos de botella para PC en Internet, pero no tienen en cuenta estos otros componentes importantes. Comprender cómo se producen estos cuellos de botella y cómo la actualización de otros componentes clave, como la memoria para juegos y los SSD NVMe, puede mitigarlos es fundamental para sacar el máximo partido a tu plataforma de juegos.

Cuellos de botella de la CPU

La CPU se encarga de gestionar todas las tareas no gráficas durante el juego y las tareas de uso intensivo como la edición. Esto incluye el procesamiento de las lógicas del juego, el comportamiento de la IA, los cálculos físicos y mucho más. En algunos juegos, especialmente aquellos que consumen mucha CPU (como los RPG de mundo abierto; por ejemplo, World of Warcraft), una CPU con poca potencia puede tener dificultades para satisfacer las demandas del juego y del resto del sistema. Cuando esto ocurre, la CPU se convierte en un cuello de botella, lo que limita la rapidez con la que la GPU y otros componentes pueden procesar los fotogramas y enviarlos a la pantalla.

Es posible que sufras un cuello de botella en la CPU si esta funciona a pleno rendimiento, mientras que la GPU está infrautilizada. Esto suele provocar interrupciones, caídas de fotogramas por segundo (FPS) y un rendimiento general deficiente. También puede provocar problemas físicos en los componentes del PC, como altas temperaturas y consumo de energía.

Cuellos de botella de la GPU

Por otro lado, la GPU se encarga de la representación gráfica del juego. Esto incluye el procesamiento de texturas, sombras y todos los aspectos visuales que hacen que los juegos actuales se vean espectaculares. Un cuello de botella en la GPU se produce cuando la GPU está a máximo rendimiento, mientras que la CPU todavía tiene más capacidad que ofrecer. Esta situación se suele dar en juegos gráficamente exigentes que llevan al límite la resolución, las texturas y las velocidades de fotogramas, como Cyberpunk 2077, Red Dead Redemption o Black Myth: Wukong.

Cuando se produce un cuello de botella en la GPU, la CPU envía más datos a la GPU de los que puede procesar, lo que provoca problemas de rendimiento, como una menor velocidad de fotogramas, la imposibilidad de ejecutar el juego con ajustes gráficos más altos o el uso de Ray Tracing.

Un vaquero del Oeste a caballo en un campo

Cómo pueden ayudar la RAM y la SSD

Aunque mejorar la CPU y la GPU es la forma más directa de solucionar los cuellos de botella, otros componentes como la RAM y el almacenamiento también desempeñan un papel clave en la optimización del rendimiento de los juegos.

  • RAM (memoria de acceso aleatorio): tener una RAM rápida y con suficiente capacidad es fundamental para los juegos, ya que permite que el sistema almacene datos temporales a los que la CPU y la GPU necesitan acceder rápidamente. Si tu sistema no tiene suficiente RAM, la CPU tendrá más dificultades para extraer datos de los dispositivos de almacenamiento más lentos, lo que provocará texturas entrecortadas y una reducción de la velocidad de fotogramas. Al actualizar a una memoria RAM de mayor capacidad o más rápida, podrás reducir la carga de la CPU y mejorar el rendimiento general, sobre todo cuando realizas varias tareas o cuando se ejecutan juegos pesados.
  • SSD NVMe (unidad de estado sólido de memoria exprés no volátil): los discos duros tradicionales o incluso las SSD SATA más antiguas pueden provocar tiempos de carga lentos en los juegos, lo que afecta indirectamente al rendimiento. Las SSD NVMe, como la SSD NVMe Kingston FURY Renegade con sus rápidas velocidades de lectura y escritura, garantizan que los juegos carguen los datos mucho más rápido, lo que reduce el retraso durante el juego. Permiten que recursos como las texturas y los mapas se carguen al instante, lo que resulta especialmente útil en juegos de mundo abierto o al cambiar de nivel. Aunque las SSD NVMe no resolverán directamente un cuello de botella de la CPU ni la GPU, las SSD de alta velocidad mejoran drásticamente la capacidad de respuesta general del sistema y hacen que la experiencia de juego sea más fluida.

Mejoras de otros componentes

La mejora de otros componentes también puede ayudar a mitigar los cuellos de botella:

  • Sistema de refrigeración: el estrangulamiento térmico; es decir, cuando una CPU o una GPU reduce su rendimiento para evitar el sobrecalentamiento, puede provocar el mismo efecto de un cuello de botella. La actualización a mejores sistemas de refrigeración líquida o por aire puede mantener las temperaturas bajas y mantener el rendimiento al máximo.
  • Fuente de alimentación: una fuente de alimentación que no tiene capacidad para suministrar suficiente energía a los componentes mejorados puede causar problemas de estabilidad o bloqueos. Para evitarlo, asegúrate de que tienes suficiente potencia para alimentar los componentes de tu equipo. Te recomendamos que tengas un margen de unos 200-250 vatios.
  • Placa base: Es posible que tengas que actualizar la placa base para que sea compatible con la CPU, la RAM y las soluciones de almacenamiento más rápidas. El número de carriles PCIe varía de una placa base a otra, al igual que la generación PCIe, con un ancho de banda que se duplica de PCIe Gen. 3 a PCIe Gen. 4.

Conclusión

Los cuellos de botella son un reto intrínseco de los juegos de PC debido a la interacción entre varios componentes de hardware. Aunque mejorar la CPU y la GPU es la solución más directa, las mejoras de la RAM y el almacenamiento; como el cambio a SSD NVMe o memorias de alto rendimiento, pueden mejorar significativamente el rendimiento general y mitigar parte del esfuerzo del sistema. Un PC equilibrado y completo garantiza una jugabilidad más fluida, tiempos de carga más rápidos y menos problemas de rendimiento, algo fundamental para disfrutar de una experiencia de juego inmersiva.

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