
La mejor manera de proporcionar un alto nivel de seguridad y evitar costosas violaciones de datos es el cifrado. El cifrado puede ser por hardware o por software. Sin embargo, un enfoque centrado en el hardware (sin software) para el cifrado de la seguridad de los datos es el método más eficaz para combatir el acceso no autorizado a la información sanitaria privada. Las unidades USB cifradas son una solución excelente y fácil de usar para evitar que los datos personales se hagan públicos cuando hay que transferirlos.
Las unidades USB cifradas por hardware ofrecen una seguridad y una protección de datos excepcionales. Cumplen con las estrictas normas de la industria, reduciendo los riesgos causados por la pérdida de unidades. Son autónomas y no requieren software en el host para funcionar. Esto significa que garantizan la compatibilidad entre plataformas, una gran ventaja para quienes trabajan en un entorno mixto de sistemas operativos y dispositivos. Esto también impide el funcionamiento de vectores de ataque comunes como el sniffing, la fuerza bruta y los ataques de hash de memoria, ya que no hay software vulnerable que maneje el cifrado.
La mayoría de las unidades USB cifradas por hardware más seguras del sector utilizan el cifrado AES de 256 bits en modo XTS. Este nivel de cifrado garantiza que cualquiera que utilice la unidad no pueda piratear fácilmente la contraseña para acceder a la información. Intentar obtener la contraseña con un ataque basado en la "fuerza bruta" no es posible, ya que los datos de la unidad se vuelven completamente inaccesibles después de un número preestablecido de contraseñas erróneas.
Sin embargo, además de la cantidad limitada de intentos de contraseña, el firmware firmado digitalmente ayuda a proteger contra BadUSB como otra capa que ofrecen los USB cifrados de Kingston. Algunas unidades USB cifradas tienen capas físicas adicionales de protección, como carcasas de resina epoxi, que impiden el acceso a la memoria física.
Las unidades cifradas por software están diseñadas de manera diferente y son más vulnerables a los ataques. El cifrado no se realiza en la unidad USB. Estas unidades comparten los recursos del ordenador del usuario con otros programas que podrían ser perjudiciales. Un programa de software en el ordenador cifra los datos, que luego se almacenan en la unidad USB. A continuación, se debe ejecutar un programa de software para descifrar los datos y volver a leerlos. Este programa se debe actualizar a menudo. Esto puede ser un problema para los trabajadores remotos, que tienen que mantenerse constantemente informados de las actualizaciones de software y controladores para poder acceder de forma segura al espacio de trabajo, las aplicaciones o los datos almacenados. Puede parecer la solución más barata, pero el coste para las empresas y los pacientes tras una infracción es cada vez más elevado.
A la hora de elegir qué unidad cifrada utilizar, hay que tener muy en cuenta la información sanitaria de los pacientes y la responsabilidad de la empresa sobre sus datos móviles privados. La unidad adecuada para tu caso de uso está aquí: en muchos casos, es mejor empezar la búsqueda con opciones basadas en hardware, como las unidades USB IronKey de Kingston. Además de ofrecer una protección de datos más segura y fiable, estas unidades incorporan soluciones intuitivas que simplifican el proceso de acceso seguro a los datos almacenados, sin comprometer el avanzado cifrado de grado militar que las hace prácticamente inexpugnables.
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