Están las oficinas centrales y las oficinas de casa, pero normalmente un abogado siempre está desplazándose para recoger información para un caso o para visitar clientes, socios o asesores. Al trabajar fuera de sus despachos, en lugares como aeropuertos, hoteles, cafeterías y sitios públicos, el uso de Internet para acceder a la nube implica tener que confiar en que el proveedor almacenará y protegerá los datos sensibles en sus servidores, con el peligro de que se produzca una vulneración de datos Los piratas ya se han establecido en muchas áreas públicas, a la espera de robar los datos de sus víctimas, tomar archivos como rehenes mediante ransomware cifrado, y/o eliminar documentos. El estudio de coste de vulneración de datos de 2022 por el Ponemon Institute LLC señaló que el 45% de las vulneraciones estuvieron basadas en la nube, y que el coste total promedio de cada una fue de 4,35 millones de dólares, un riesgo que sería automáticamente demasiado costoso de asumir.
Es necesario que los bufetes establezcan los protocolos de seguridad adecuados para el uso de tecnologías que protejan los datos al acceder a los mismos o compartirlos. Según la Encuesta de ciberseguridad de 2022 del Colegio de Abogados de EE.UU. (American Bar Association), el 89% de quienes respondieron manifestaron tener una o más políticas que rigen el uso de tecnologías seguras. No obstante, esta cifra puede ser engañosa, ya que el mismo informe señala que solamente el 67% tiene una política de uso del correo electrónico, seguido de un 63% con una política de uso admisible de los ordenadores, y un 59% sobre acceso remoto.
Los datos pueden quedar comprometidos y ser pirateados a través de todos los canales citados, por lo cual es vital que los despachos no solamente se aseguren de que cada política está actualizada, sin engañarse por el concepto “seguro”, sino que también amplíen y estructuren una norma de seguridad más estricta y exhaustiva a aplicar en toda la organización. La seguridad empieza por la gente y su adopción de las políticas, por lo cual es fundamental una higiene de protección de datos en los despachos jurídicos y sus socios, subcontratistas, expertos y otros.
La solución es: una nube en su bolsillo que usted pueda controlar, llevar consigo sin temor a extraviarlos o a que se los roben, y con la capacidad de acceso para recuperar los archivos necesarios.