Pregunte a un experto en SSD de servidor
Para planificar la configuración de memoria adecuada es necesario conocer los objetivos de seguridad de sus proyectos. Permita que los expertos de Kingston le orienten.
Pregunte a un expertoEn los últimos cinco años, las configuraciones de servidores y de hardware se han mantenido uniformes. Tanto en los servidores de aplicaciones como en las matrices de almacenamiento o en los terminales SaaS, la manera en que los administradores de centros de datos han construido sus sistemas no ha cambiado mucho. Incluso ante la necesidad de incrementar el uso de la informática periférica para acercarla al usuario, tanto a efectos de computación como de almacenamiento, la mayoría de las redes periféricas replican las configuraciones de hardware existentes utilizando discos SSD SATA o SAS.
Solamente en raros casos, cuando es imprescindible cumplir cinco o sesenta y nueve SLA para aplicaciones críticas, hemos visto cambios drásticos en las configuraciones de hardware. En estos centros de datos, la redundancia es fundamental, y muchos de ellos administran sus plataformas de almacenamiento sobre todo migrando a NVME con discos SSD de calidad empresarial. Además, las unidades NVMe están equipadas con cachés de DRAM más grandes para alcanzar los niveles de rendimiento de QoS (rendimiento estable a largo plazo).
La respuesta es mucho más compleja que un simple sí o no. De hecho, abre la puerta a toda una serie de otras cuestiones que deben abordarse.
La migración, tanto de un simple servidor 1U como de un bastidor de 10U, de SATA o de SAS está limitada por la disponibilidad de conexiones. La mayoría de los sistemas que implementan discos SSD SATA o SAS se conectan empleando controladores RAID basados en hardware. Por su parte, NVMe emplea puertos PCI-Express que, de manera inherente, ofrecen velocidades de transferencia más altas y, además, aprovecha los perfiles RAID definidos por software.
Hace solo un año, la mayoría de los clientes que adoptaron SATA no tenían planes de migrar a NVMe. Incluso los principales proveedores de nivel 1 no han realizado completamente la migración, y sus sistemas son una mezcla a partes iguales de SATA y NVMe. Esto se debe a que para la adopción de NVMe se requiere algo más que una reforma técnica.
No todos los servidores existentes tienen suficientes puertos PCIe para posibilitar una amplia implementación de NVMe, y la mayoría de los centros de datos no cambian sus servidores tan rápido como sus matrices de almacenamiento. Para decirlo de manera sencilla: si funciona y si me presta los niveles de rendimiento necesarios para mis operaciones actuales, ¿por qué debería migrar?
Es por eso que a continuación indicamos algunas cuestiones a considerar de cara a la próxima compilación:
Migrar a un modelo SAS (Software Defined Storage, almacenamiento definido por software) permite al usuario una nueva manera de gestionar la redundancia y controlar los dispositivos físicos. En algunos casos, migrar a SDS desde un sistema de almacenamiento controlado por hardware puede requerir retrotraer ciertas aplicaciones a nivel de núcleo para mantener un rendimiento homogéneo. Además, las plataformas SDS requieren que los usuarios piensen de manera diferente cómo implementar la configuración del almacenamiento para obtener los niveles adecuados de redundancia y rendimiento.
Algunos de los problemas pueden no ser de transferencias de datos, sino del perfil de lectura escritura, o bien de no utilizar unidades de calidad empresarial. Hoy en día, muchas unidades indican en sus fichas técnicas especificaciones de alto rendimiento, aunque no abordan la homogeneidad a largo plazo ni la previsibilidad del rendimiento. Normalmente se debe a que pregonan las cifras de rendimiento máximas en lugar de los perfiles de rendimiento continuo.
El principal obstáculo es la inversión inicial. Mientras que el precio del almacenamiento Flash se está equiparando a SATA y a NVMe, los cambios requeridos del hardware implican mayores costes iniciales para realizar la migración. Como ya hemos dicho, no todos los servidores están equipados para posibilitar grandes implementaciones de NVMe, y una migración completa requiere nuevos backplanes y placas base.
Para que los prestadores de servicios puedan cumplir determinados SLA será necesario migrar si toda la red requiere un nivel homogéneo de rendimiento. Posiblemente, algunos clientes estén contentos con sus actuales niveles de servicios y con la asistencia. Pero si se traslada el coste del reacondicionamiento al consumidor, algunos podrían resistirse a los incrementos de precios.
Sin embargo, a otros proveedores que prestan asistencia escalonada podría convenirles crear sistemas totalmente nuevos basados en NVMe. De hecho, las cargas de trabajo no han variado. Pero incluso con nuevos servicios, los clientes pueden ser atraídos con los argumentos de alto rendimiento y disponibilidad. Para los clientes atraídos por los contenidos ahora podrían alojar nuevos servicios y aplicaciones que no ofrecían en el pasado, posibilitados por las implementaciones de NVMe.
Aunque siempre es conveniente tener las más recientes actualizaciones en nuestros servidores y diferenciarnos cualitativamente de otros centros de datos, lo cierto es que existen numerosos avances que podrían impulsar diferentes consideraciones de nuevas arquitecturas.
Normalmente, las actuales unidades NVMe M.2 no pueden instalarse en caliente, ni existe un accesorio para una caja o soporte. SATA se ha mantenido como el factor de forma dominante, ya que las unidades con desperfectos pueden extraerse sin necesidad de desconectar el servidor. Es aquí donde entra en juego el factor de forma U.2, ya que permite que los NVMe del centro de datos puedan insertarse en caliente en las bahías delanteras del servidor, siempre y cuando sean compatibles con el host y el sistema operativo. Aunque U.2 tiende a ser el factor de forma estándar para compatibilizar NVMe con los servidores, recientes novedades de Intel y Samsung en materia de factor de forma parecen estar creando más posibilidades para sistemas NVMe. EDSFF de Intel y NF1 de Samsung podrían resolver algunas de las desventajas del factor de forma M.2.
Ambos factores de forma son demasiado nuevos como para que tengamos suficientes datos sobre su rendimiento y fiabilidad a largo plazo. Sin embargo, al igual que U.2, apuntan a solucionar los problemas de mantenimiento para crear los nuevos sistemas NVMe. De manera similar al debate sobre BETA y VHS en las décadas de 1980 y 1990, la cuestión será cuál factor de forma conseguirá finalmente salir triunfante.
Tanto si está dispuesto a migrar como si no, Kingston sigue suministrando los discos SSD SATA de calidad empresarial más fiables para la mayoría de las instalaciones de centros de datos, al mismo tiempo que desarrolla una amplia serie de soluciones NVMe de calidad empresarial.
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Para planificar la configuración de memoria adecuada es necesario conocer los objetivos de seguridad de sus proyectos. Permita que los expertos de Kingston le orienten.
Pregunte a un expertoElegir el disco SSD adecuado para su servidor es importante, ya que estos dispositivos están optimizados para funcionar a un nivel de latencia previsible, en tanto que los discos SSD de cliente (sobremesa/portátil) no lo están. El resultado de esta diferencia es un mejor tiempo de actividad y menor retardo en las aplicaciones y servicios críticos.
Cameron Crandall, de Kingston, le ayudará a decidirse si debería o no migrar su almacenamiento de servidores a discos SSD NVMe.
Los SSD son todos iguales, ¿no? No, de ninguna manera. Y con mucha frecuencia se utilizan SSD clientes en aplicaciones para las cuales son más adecuados los SSD empresariales, que se desgastan demasiado precozmente debido a la intensidad de las cargas de trabajo. Además, los SSD deben probarse en entornos de trabajo reales antes de comprarlos en grandes cantidades.
Algunas empresas todavía utilizan discos SSD de cliente para procesar tareas de servidor de elevada intensidad para, a continuación, tirarlas y sustituirlas cuando no consiguen mantener el nivel de rendimiento requerido. Sepa por qué se trata de un caso de falsa economía, y por qué las unidades de nivel empresarial pueden incrementar la eficacia de la organización.