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La carrera de Rafael ha transcurrido en funciones de experto en productos tecnológicos, comunicaciones de marketing y desarrollo de negocio. Su especialización en materia de asesoramiento se centra en nuevos retos en materia de organización, productos y comunicaciones, así como en los cambios normativos, con el objetivo fundamental de generar y mantener flujos de ingresos.
Esta actividad tan diversificada incluye especialización en gobernanza de los datos y cumplimiento normativo sobre diseño, privacidad de los datos y tecnologías emergentes, como AdTech, móviles y 5G, Inteligencia artificial y aprendizaje automático.
La importancia de un nombre en la tecnología
Parecería ser que, en lo tocante a las normas tecnológicas, los nombres son importantes. Cuando llegó la norma Bluetooth, su bautismo y comercialización fueron perfectos. Para el público sigue siendo una misma norma, independientemente del fabricante, con un único nombre, el mismo logotipo y una clara ventaja. Solamente a los más diestros en tecnología les interesa profundizar en los detalles. Los consumidores tienen la tranquilidad y la confianza de que no van a incluirse en las ignominiosas filas de aquellos que compraron los videograbadores Sony Betamax, los reproductores Philips Laserdisc o los Zune de Microsoft.
Obviamente, NVMe no juega en la misma liga que Bluetooth, y sería difícil imaginar una nueva norma que tenga el impacto que tuvo Bluetooth, o que equiparase los logros de una aceptación tan generalizada y simple de qué es lo que hace. Sin embargo, en la tecnología está teniendo lugar una revolución increíblemente silenciosa que muchos consumidores consideran impenetrable, y que consiste en el cambio radical de las capacidades que ofrecen los discos SSD NVMe más recientes.
¿Por qué NVMe es tan fascinante?
Incluso saber qué significa el acrónimo NVMe es poco útil, ya que solamente revela una terminología más técnica... ‘no volátil’ suena bien, pero ¿por qué es importante y por qué debería interesarle al potencial cliente?
La respuesta a ello es maravillosamente simple: El almacenamiento NVMe del cliente es más rápido que cualquier almacenamiento que conozca actualmente, se ejecuta en silencio y tiene un factor de forma del tamaño de un chicle. Cabe dentro de dispositivos pequeños y desde el primer momento les permite funcionar a su máximo potencial. Es la revolución que, de hecho, no se "revuelve"... ¡porque no tiene piezas móviles!
Informática: potencia y velocidad
En alguna ocasión anterior he explicado por qué el almacenamiento y la memoria son fundamentales para las nuevas experiencias digitales de la década del 2020. Esto se reduce al hecho de que uno puede tener el procesador más rápido que pueda imaginarse, pero que no podría aprovechar toda esa potencia debido a los atascos en la arquitectura interna del dispositivo. Las unidades NVMe —y en especial las más nuevas, que sacan partido plenamente de la norma de nueva generación— están dinamitando todo lo anteriormente conocido.
Existen algunos motivos sencillos que me gustaría destacar por los cuales NVMe es diferente, pero primero quisiéramos establecer cuáles podrían ser los casos de uso típicos para elegir NVMe:
En la vanguardia, ‘superusuarios’ de estaciones de trabajo de alto rendimiento, encargados de las tareas informáticas más exigentes, como posproducción de vídeo 4K o renderización de gráficos 3D con trazado de rayos. Para obtener rápidamente renderizaciones de alto grado de realismo mientras edita y procesa imágenes de vídeo es necesario mover enormes volúmenes de datos no comprimidos. Estos procesos pueden verse obstaculizados por diversos factores —por ejemplo, RAM insuficiente—, aunque también estas tareas informáticas también se han convertido en demasiado arduas como para confiarlas a un disco duro. Y, con el crecimiento exponencial de los volúmenes de datos, también los discos SSD tradicionales se las ven y se las desean.
Básicamente, los atascos de rendimiento no derivan necesariamente de que el dispositivo sea de estado sólido —, después de todo, las unidades NVMe son SSD—, sino de la interfaz entre el disco SSD y la CPU. Esto nos retrotrae a la historia de la evolución de los ordenadores: unidades de disco enchufadas a través de un cable, con un incremento gradual de la capacidad de la interfaz, desde la antigua interfaz RS-232 y, pasando a través de SCSI, llegando a la norma SATA. NVMe emplea un concepto diferente. Incluso podría describirse como óxido nitroso para la CPU.
La nueva generación de unidades NVMe emplea la norma PCIe 4.0 para leer, escribir y mover los datos. Esta norma tiene una anchura de banda de rendimiento de datos que multiplica en muchas veces incluso los de las unidades SATA más rápidas. SATA puede alcanzar unos 6 Gb por segundo... No está mal... ¡Pero NVMe puede llegar hasta los 32 Gb por segundo! Esto se debe a diversos factores, pero el más fácil de entender es que, simplemente, NVMe tiene más ‘carriles’ para la circulación de los datos. Además, NVMe ha sido diseñado para integrarse mejor con las redes sobre las cuales hoy se basa la infraestructura informática.
Los SSD NVMe han sido diseñados para ser una parte integral del entramado de una red informática. NVMe funciona con una integración más directa con las CPU de los ordenadores. Esto evita los atascos de datos que se producen incluso con los discos SSD SATA más veloces cuando se los empuja al límite. El factor de forma del dispositivo NVMe del cliente también es crucial: son del tamaño de un chicle, lo que significa que pueden caber en dispositivos pequeños como ordenadores portátiles. Posiblemente no lo sepa, pero incluso la Sony PlayStation 5 emplea una NVMe, lo cual implica que los tiempos de carga de la consola pueden reducirse desde los 40 a 60 segundos de la PS4 a apenas 3 o 4 segundos.
Centros de datos bajo presión
En segundo lugar, solamente tenemos que observar el impresionante incremento de la demanda global sobre los centros de datos. La informática en la nube alimenta gran parte de nuestras vidas cotidianas. De todos modos, esto empezaba a notarse, pero la COVID-19 fue el catalizador de la digitalización y virtualización de las oficinas, y la norma absoluta de los dispositivos móviles. Además, los tipos de tareas informáticas que se ejecutan en los centros de datos son cada vez más complejas y exigentes.
Por ejemplo, la inteligencia artificial es un concepto que abarca una amplia variedad de tareas informáticas, muchas de las cuales se basan en el aprendizaje automático. Lo que tienen en común todos los modos computacionales es que todos aprovechan enormes volúmenes de datos para funcionar. En este caso, NVMe es la tecnología que marca una significativa diferencia a la hora de realizar tareas de manera ágil y sin problemas.
Por ejemplo, consideremos qué ocurre en el mercado vertical del sector sanitario, no solamente en el hecho de que hoy en día la medicina es un dominio digital. Los diagnósticos asistidos por IA y los algoritmos predictivos necesitan analizar millones de historiales, y cada uno de ellos puede ser algo semejante a una imagen digital de muy alta resolución y de varios gigabytes de tamaño. Movilizar todos estos datos implica una potencia informática distinta de cualquier proceso cognitivo que un ser humano pudiese reconocer —después de todo, se llama inteligencia artificial—, y que requiere una anchura de banda masiva.
A escala industrial de un centro de datos, NVMe puede encargarse de ello. De manera silenciosa, a bajas temperaturas y ocupando el mínimo espacio.
¿Qué se pretende al considerar la actualización a NVMe?
Llegamos aquí a un punto en que puede ser menos sencillo: algunos discos SSD no NVMe pueden insertarse en la misma ranura que una unidad NVMe, pero no ofrecer el rendimiento de ésta. Esto se debe a que el conector —conocido como ‘conector M.2’, para aquellos que todavía requieren más terminología y abreviaturas técnicas— es retrocompatible con los discos SSD SATA que tienen el mismo factor de forma de ‘chicle’.
Kingston está con usted
No es de sorprender que Kingston Technology tenga una línea de discos SSD NVMe a la medida de cada presupuesto. Si quiere dar un gran impulso a la capacidad de almacenamiento y de procesamiento de su portátil, seguramente encontrará útil el disco NVMe KC3000 de Kingston. Es tan sencillo que en cuestión de minutos el portátil podrá beneficiarse de hasta 4 terabytes de almacenamiento NVMe, y alcanzar tales velocidades que creerá que está trabajando con un ordenador diferente.
En segundo lugar, si es usted Director tecnológico o responsable de TI, para quien la adopción de decisiones tecnológicas a largo plazo es parte de su tarea (en especial en materia de servidores empresariales), contar con una unidad de arranque extremadamente rápido (como el disco SSD DC1000B de Kingston) es fundamental, ya que ha sido específicamente diseñado para esta tarea.
Es posible que NVMe no sea el nombre más pegadizo, pero sus capacidades deberían ponernos firmes.
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La migración a NVMe requiere una evaluación exhaustiva por parte de los arquitectos de TI para asegurarse de que existe redundancia en cada capa de la pila.
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Los bancos de pruebas de SSD para servidores empresariales deben realizarse con el hardware, el sistema operativo y los datos reales. Le explicaremos por qué.
NVMe es el protocolo para discos SSD, más rápido que el protocolo AHCI tradicional, utilizado en los SSD y discos duros SATA. Los factores de forma para el almacenamiento NVMe son M.2 y U.2.
Los discos SSD NVMe en sistemas de cliente —como equipos de sobremesa, portátiles y estaciones de trabajo— pueden mejorar notablemente el rendimiento general de los ordenadores.
Elegir el disco SSD adecuado para su servidor es importante, ya que estos dispositivos están optimizados para funcionar a un nivel de latencia previsible, en tanto que los discos SSD de cliente (sobremesa/portátil) no lo están. El resultado de esta diferencia es un mejor tiempo de actividad y menor retardo en las aplicaciones y servicios críticos.