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Garantizar la protección de las agencias de ciberseguridad nacionales
Para la seguridad nacional, la importancia de mantener los intereses de sus países protegidos de las amenazas cibernéticas se ha convertido en un gran desafío. Teniendo en cuenta el creciente volumen y la variada naturaleza de los ataques, no hacerlo puede acarrear consecuencias nefastas, ya sean comerciales, regulatorias o la pérdida de confianza de una nación en su capacidad de protección.
Con el aumento de la inversión en ciberseguridad, ¡es evidente que los países se están tomando muy en serio las crecientes amenazas! Pero esta atención no debe centrarse únicamente al margen de aquellos en quienes se confía la seguridad de sus ciudadanos y organizaciones.
Por eso, cuando se trata de cómo los departamentos de ciberseguridad de los gobiernos se protegen de la pérdida de datos y las filtraciones, la necesidad de almacenar y transferir datos de forma segura es primordial.
Desafío
Un importante departamento de seguridad nacional de la EMEA necesitaba garantizar la custodia y transferencia seguras de datos de inteligencia de ciberseguridad, apartándolos de entornos en los que el riesgo de posible prejuicio se consideraba demasiado alto.
Necesitaban de un socio con experiencia en este ámbito tan delicado de la protección y el almacenamiento de datos, con soluciones que pudieran administrarse de forma centralizada y ampliarse en consonancia.
Pero esto no debe ir en detrimento de la practicidad y tiene que complementar su estrategia de seguridad más amplia, lo que significa que no hay un enfoque de "talla única" y los niveles de protección deben ser escalonados en consecuencia, en función del coste, la escala y el riesgo percibido.
¿Complicado? Tal vez. Pero así es como Kingston IronKey lo hizo…
